2.13.2011

Viajando en autobús

Eran las 6:15 a.m. del jueves y más por obligación que por convicción me dirigía a la universidad a brindar apoyo en una clase.

La mayoría empieza a dirigirse a sus lugares de trabajo por lo que no resulta extraño que se llenen rápidamente las unidades de transporte, por lo mismo decidí irme al último asiento antes de la puerta de salida, para que no me costara bajarme al llegar a mi destino.

Pues bien, ahí por el colegio Fátima se subió un señor que al no haber un puesto disponible decidió sentarse a la par mía.

Tanto por la hora como por desconfianza (sí, las noticias y la experiencia me han hecho prejuiciosa) no me pongo a charlar de la nada con un desconocido, pero cuando el señor comenzó a hablarme tampoco iba a sacar la antisocial que llevo dentro para hacerme la loca y pretender que no era conmigo con quien hablaba. Además su pregunta fue tan inocente como "¿Está helado, verdad?"

Yo traía puesto un suéter y aunque mi respuesta era obvia tampoco le dejé ir una respuesta con cara maltripeada, porque pues...él no tenía la culpa de mi desvelo.

En caso que no lo sepan, no soy ese tipo de persona que agarra confianza rápidamente con personas que ve por primera vez en su vida. Al parecer con mi respuesta le di la impresión contraria al señor y siguió sacándome plática. Basta decir que indagó en dónde vivía, mi nombre, edad, si estaba casada (¿¡Y de dónde!?), dónde trabajaba, estudiaba e incluso si tomaba el mismo autobús toooodos los días. De más está decir que le contesté de forma vaga o con mentiras.

No es que yo sea poco amigable, pero con las circunstancias que se ven y leen en los informativos tampoco voy a ponerme a contarle toda mi vida al señor que se sienta a la par mía en el autobús.

De regreso el mismo día, por andar de atarantada y urgida por llegar a la casa me subí en el bus que no era me: evangelizó un señor gritón y recibí tips para librarme del fuego eterno.

2 Comentarios:

Raquel dijo...

A mí me salió un señor así una vez, solo que él me dio hasta su tarjeta en caso de que estuviera interesada en que nos viéramos jajaja Creo que, más que interesado en extorsionarte, el señor estaba tratando de conquistarte Malú.

Esebloguero dijo...

Es cierto, en estos dorados tiempos uno no puede andar confiando en el primero que le saca plática a uno. Cara vemos y corazones no sabemos... Confieso que sólo lo he hecho un par de veces y ha sido porque en serio me parecieron gente honesta. Lo han sido en realidad, gracias a Dios.
Saludos!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...